José Tojeiro Mar Jul 06, 2010 5:16 pm
El señor tojeiro abrió los ojos, despació, miró la habitación a su alrededor. La ventana con la cortina medio corrida, dejando en penumbra la habitación. A los pies de su cama había una silla con su ropa, un armario cerrado, una mesilla con su reloj, la cartera, un despertador y un vaso vacío. Al otro extremo la puerta de la habitación, se incorporó, notó la suavidad de las sábanas resbalando por su cuerpo, llevaba sólo su camiseta interior y su ropa interior, se levantó despacio y abrió las cortinas. Hacía un dia precioso, soleado. Los pájaros revoloteaban alrededor y se veía el sol declinando ya en su discurrir... un momento... ¿Bajando? ¿Pero qué hora era ya? ¿Cuánto tiempo había dormido? Se separó de la ventana, marcha atrás, en pequeños pasos mientras estaba absorto, tratando de recordar el dia anterior. La llegada al castillo, la reunión con la imagen del profesor ese loco, algo que no había entendido de hombres lobo, el desconcierto y cómo al final las cosas se habían calmado, mientras él sólo se fijaba en las rubias. había preguntado al mayordomo si había algo de prespitación para poder pasar el rato, y viendo que nadie le hacía caso, se había vuelto a su habitación para dormir. Lo último que tenía en su mente, la última imagen que recordaba era él mismo, sentado en la cama, con el vaso en su mano, girando la cuchara. Volvió la cabeza muy despacio, como si tuviera miedo de lo que pudiera ver, se fijó en el vaso, lo vió allí, vacío, con la cucharilla en su interior, las paredes un poco manchadas con un tono claro y en el fondo los posos marrones oscuros.
En su rostro se dibujó una mueca de terror en su rostro, como pudo se puso rápidamente un pantalón y una camisa, abrió la puerta y salió corriendo por los pasillos mientras gritaba una y otra vez
-¡¡¡MECHARON DROJA EN EL COLACACO!!!!