El Extranjero Jue Nov 15, 2012 5:13 pm
El Extranjero miró hacia los sujetos que lo rodeaban. "No es la primera vez, ya me he visto en este tipo de situaciones, y al final siempre ha ganado el bueno. Yo.". Decidió romper su habitual silencio.
- Hermanos, entiendo que todos estamos cabreados y queremos sangre, pero esta guerra entre bandas está nublando nuestro juicio. Este hombre -señaló a Sam- afirma que Altmann le confió un secreto: mi presunta identidad como traidor. Resulta que Altmann está muerto y no puede confirmarlo. Vaya, casualidad. Debemos tener mucho cuidado con las acusaciones, porque si se prestan oídos a un traidor, podemos acabar todos muertos esta misma noche. Recordemos que, durante tres noches, hubo altercados, pero sin cadáver de por medio. Debemos deducir que en al menos una de esas noches, un asqueroso Traicionero sobornó a sus atacantes para que lo dejaran con vida, y los traidores sumaron un nuevo miembro a sus filas. Además, hay que sumar al Soplón, que cuenta como un traidor más. Si hay al menos dos traidores originales, y le sumamos estos dos, tenemos cuatro traidores en total, contra seis leales a Jasev. Si elegimos mal, y linchamos a un inocente, otro más morirá esta noche y todo habrá acabado para nosotros. ¿De verdad vais a prestar atención a los desvaríos de un ser sediento de sangre sin más pruebas que su palabra? Lo ideal sería que hablase el testigo y contase que vio, dado que la palabra de un vivo vale más que las presuntas palabras de un muerto que ya no puede hablar. Sam podría ser perfectamente un traidor preparando la victoria final de su equipo.